Provincial- | Editorial El | Lunes 6 de julio de 2020
El país aprobó sus elecciones presidenciales y del Congreso en medio de la pandemia que lo atormenta a él y a toda la humanidad sin mucho trauma.
Un desafío importante para la Junta Central Electoral y para todos los ciudadanos que estaban muy preocupados por las difíciles condiciones de Covid19 y las tensiones causadas por la polarización política en muchos sectores.
Hoy, después de pasar esta prueba, los dominicanos tienen motivos para sentirse felices independientemente de la costa donde se encuentren todos, ya sea entre los ganadores o los vencidos.
Después de todo, todos somos ganadores si, como nación, superamos obstáculos, si las instituciones se fortalecen y se abren perspectivas para resolver los grandes problemas que se avecinan.
Es justo reconocer el trabajo del Comité Electoral Central, que ocasionalmente muestra signos de debilidad, vacilación y terquedad durante el proceso.
Pero es cierto que los procesos electorales y marzo y ahora julio estaban limpios y bien organizados y la sociedad estaba contenta con la reunión, lo que significa que la prueba de fuego pasó bien.
También debemos apreciar la cortesía y el tamaño de la clase política, comenzando con el partido gobernante y derrotado, cuyos líderes reconocieron rápidamente su derrota y felicitaron al equipo ganador, comenzando con el presidente electo Luis Abinader.
Esto muestra que a pesar de todo el progreso, el país puede tomar mejores caminos de desarrollo institucional.