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El cuerpo perezoso de Rubén Darío Jiménez, el hombre que cometió múltiples homicidios en Brisas del Edén, fue tendido sobre la acera luego de protagonizar un tiroteo con agentes de la Dirección Central de Investigaciones Criminales de la Policía Nacional (Dicrim) .

El Motel Presidente en la Avenida San Isidro en Santo Domingo Este fue donde Jiménez pagó con su vida por asesinar a su expareja Leyda Vicente Sánchez el día 9. sus suegros Orfelina Vicente y Ángel Robles; y el esposo de su cuñada, Olyn Vicente Sánchez, identificado únicamente como «Henry».

Durante el intercambio de disparos, Jiménez, un refugiado del Poder Judicial, recibió ocho impactos de bala, mientras que José Luis Mañón, de 20 años, que estaba con él, recibió cuatro.

Así lo informó el médico forense Antony Peguero Peter del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), quien también señaló que ambos cuerpos fueron encontrados fuera de la cabaña y que debajo de Jiménez se encontró una pistola de campanilla.

Dos policías heridos

Peguero Peter dijo que dos miembros de la Policía Nacional resultaron heridos, pero no proporcionó detalles sobre los nombres de los agentes ni sobre su salud.

Finalmente, el especialista dijo que los cuerpos serían trasladados al cementerio Cristo Redentor, donde serían sometidos a una autopsia.

Evelyn Peña, la fiscal encargada del caso, habló brevemente con la prensa y dijo: «Aunque la población entiende que el caso está terminado, aún quedan muchas cosas por acordar en base al desenlace de este martes».

El juez aseguró que los detalles del evento se darán a conocer en una rueda de prensa que estará a cargo del departamento de relaciones públicas de la policía.

Detrás del vehículo que transportaba al fiscal, un agente de la Dicrim se alejó del lugar con fines de investigación, un Mazda negro que se cree fue utilizado por Jiménez y Mañón como transporte.

El coche tenía múltiples agujeros hechos por balas en el exterior, mientras que en el interior había un charco de sangre debajo de los asientos traseros.

Luego de que las autoridades retiraron los cuerpos y el lugar, lo único que quedó frente a la cabaña número 19 del Motel Presidente, donde se hospedaba Rubén Darío Jiménez, fue el vidrio roto y una gran mancha de sangre. Todo en la habitación parecía completamente limpio y ordenado, excepto la cama. Las sábanas estaban arrugadas y las almohadas fuera de lugar.

Los testigos

Desde sus departamentos, varios ciudadanos que vivían en las cercanías del motel pudieron presenciar el momento en que el cuerpo sin vida de Rubén Darío Jiménez yacía en el piso.

Uno de los testigos gritó desde su balcón que apenas escuchó los disparos se apresuró a investigar lo que estaba pasando y, para su sorpresa, encontró un tiroteo que dejó muertos y heridos.

Los vecinos del lugar grabaron videos y tomaron fotos, que luego terminaron en las distintas redes sociales.

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La curiosidad

Después de que se informó del hecho, la prensa y un gran número de curiosos locales se reunieron para buscar detalles.

A medida que pasaban las horas, aumentaba el número de personas, al igual que el número de conductores que detenían sus vehículos o reducían la velocidad para «echar el ojo».

El tránsito

Hubo una congestión vehicular en la Avenida San Isidro que requirió a agentes de la Dirección General de Transporte y Transporte Terrestre (Digesett) para controlar el tránsito en la zona.

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