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La ley estadounidense impide que el presidente sea procesado, pero Trump podría estar a punto de acabar con él.

Para Donald Trump, una derrota en las elecciones del martes no sería solo una humillación política. El presidente arriesga mucho más.

Según los expertos, la investigación de los escándalos ocurridos durante su mandato sugiere que el presidente podría enfrentar una compleja situación financiera personal además de un proceso penal si tiene que salir de la Casa Blanca el 20 de enero.

Hasta el momento, ante la posibilidad de una investigación penal en su contra, se encuentra protegido por la inmunidad otorgada por la fiscalía. Los presidentes en ejercicio no pueden ser procesados.

Lo que lleva a la pregunta obvia: ¿y si ya no es el presidente?

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