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Publicado por Redaccion Diario55 | opinión | Martes 10 de noviembre de 2020

Hay varias frases populares nuestras que me vienen a la mente después de ver lo que sucedió recientemente en las elecciones estadounidenses y son: «Lo que comienza mal, termina mal»; «Si no lo haces en la entrada, hazlo en la salida»; «Todo lo que funciona, viene».

El presidente Donald Trump llegó y permaneció en el poder en medio de un ambiente de cuestionamientos sobre su elección. Y sus cuatro años pasaron en la misma duda.

Mantuvo una situación de prejuicio, discriminación en todos los sentidos, falta de respeto a los demás ya las propias instituciones y odio; Destacaron el lado negativo como los elementos principales, que era más grande que cualquier cosa que se hubiera podido lograr desde un punto de vista positivo.

De alguna manera ha aumentado la división entre los estadounidenses, no solo políticamente sino también en sus actitudes.

Se ha completado desde el poder como si fuera abrumador y no unificante. Lo cierto es que no engañó a nadie, porque al igual que su comportamiento en la vida lo hizo sin poder. Y resultó ser exactamente lo que mostró en la campaña, ni más ni menos. Reiteró este dicho: «No todo el mundo está preparado para ocupar cargos políticos».

Se dedicó al máximo magistrado con el fin de abusar de la imagen de este cargo, y no se supo cuándo terminó y comenzó la acción del político contra el hombre.

Lo que se vio en las recientes elecciones en este país es una señal de que a veces no importa quién sea tu oponente si no puedes ayudarte en tu propia causa. Y si no puede ayudarse a sí mismo en su propia causa.

En estas elecciones estadounidenses, votaron en contra más que a favor, incluso si se parecían mucho a lo que ya estamos acostumbrados. Así como la rabieta por los resultados.

Ahora bien, si hubo un elemento que fue etiquetado o resultó, «La gota que colmó el vaso», fue la postura del presidente Trump sobre Covid-19. Su arrogancia la llevó al límite y pagó por ello. no solo desde un punto de vista político, sino que costó miles y miles de vidas perdidas debido a la forma en que eligió no enfrentar esta pandemia.

La misma arrogancia ha sido utilizada por otros jefes de Estado y de Gobierno este año, no solo ante esta situación sino también políticamente, y han visto las consecuencias negativas para sus aspiraciones y su imagen de poder.

Podemos decir que al igual que en la entrada, Donald Trump lo hizo en la salida, lo único que no salió esta vez la obra y hoy, dentro de lo que el pueblo estadounidense puede sentir que algo valió la pena es una vergüenza para su decisión de que podría elegir a la primera mujer para ocupar el cargo de vicepresidenta y que está coloreada como una especie de afirmación de tanto mal sentimiento que se ha acentuado en los últimos cuatro años. Y este mensaje tiene que hablar para muchos otros propósitos en todo el mundo. Esperemos que todo lo que motivó este barro termine viendo el agua limpia que deja atrás.

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