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El Evangelio de Marcos nos presenta un hermoso y significativo episodio de curación que Jesús realizó a un hombre sordo y con dificultades del habla. Más allá del acto milagroso en sí, este texto nos invita a reflexionar sobre varios aspectos de profundo significado.

Primero, resalta la compasión y el cuidado personal que Jesús muestra a este hombre. No lo trata como a un simple paciente, sino que «lo aleja de la gente» y se acerca a él de forma íntima y personal. Mete los dedos en los oídos del hombre y lo toca con su saliva, como si quisiera conectarse con él de una manera profunda y sanadora. Este gesto nos muestra cuán importante es la cercanía y la atención individual para apoyar a las personas que sufren.

Por otro lado, la exclamación “Effetá” (“abre”) pronunciada por Jesús tiene un gran poder simbólico. Se refiere no sólo a la apertura física de los oídos y de la lengua del hombre, sino también a una apertura espiritual y existencial. Al curar su sordera y su mutismo, Jesús le devuelve la capacidad de escuchar, comunicar e integrarse plenamente en la comunidad. Es una liberación de las barreras que te han aislado y te han impedido participar activamente en la vida.

Llama también la atención la reacción de sorpresa y admiración de los testigos, que reconocen que “lo hizo todo bien”. Jesús no sólo sana al hombre, sino que lo hace de una manera que expresa su profunda compasión y sabiduría. Sus acciones van más allá de lo puramente taumatúrgico y revelan una dimensión de abundancia, armonía y bondad.

Finalmente, es significativo que Jesús pida a los presentes que no revelen lo sucedido y que, sin embargo, “lo proclamen con aún más fuerza”. Esto nos muestra el poder incontenible del testimonio y la necesidad de dar a conocer los signos de la obra sanadora de Dios. Aunque Jesús se esfuerza por alcanzar cierto nivel de discreción, la evidencia de su amor y poder es abundante y pública.

En definitiva, este pasaje nos invita a reflexionar sobre la compasión, la sabiduría y la eficacia transformadora de las acciones de Jesús, que abren nuevos horizontes de plenitud a quienes se acercan a él en la fe.