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Publicado por Redaccion Diario55 | opinión | Lunes 12 de Octubre de 2020

Nuestro país se encuentra en una de las peores crisis económicas del siglo pasado provocada por la pandemia mundial conocida como virus de Pandona COVID-19, que de repente frenó su crecimiento económico y provocó sus ingresos de todos sus ingresos fiscales. Las exportaciones, el turismo y los traslados han estado presentes desde principios de este año.

Tanto el gobierno saliente como el nuevo han contraído importantes compromisos económicos para afrontar y paliar estos dos grandes flagelos que han provocado que su producto interior bruto caiga a niveles sin precedentes por los que estos últimos se han visto obligados a pagar más. Recurrir a la deuda externa. de $ 4 mil millones en solo 50 días para atender las demandas de problemas insalubres y subsidiar a los sectores sociales más vulnerables.

Esta crisis económica y pandemia ha paralizado a todo el sector productivo de la nación, que ha cerrado sus puertas en miles de negocios y ha dejado a cientos de miles de personas desempleadas.

El gobierno presentó recientemente al Congreso Nacional el anteproyecto de ley de presupuesto de ingresos y gastos públicos para 2021, que asciende a 1 billón 37,843 millones de pesos, superando a todos los años anteriores. Engloba, clandestinamente, sin haber comunicado ni pactado con el país, una serie de impuestos que afectan a la clase media y los sectores de menores ingresos, que ya están saturados de las múltiples cargas tributarias que llevan sobre sus hombros.

Se dice que algunos de estos impuestos son de carácter temporal, pero se perpetúan siempre que traen buenos resultados a Hacienda. El mejor ejemplo es el prepago de impuestos que el expresidente Juan Bosch exigió a los empresarios en 1963 para pagar el primer mes de salario a los empleados públicos, el cual fue convertido por administraciones posteriores en anticipo del impuesto a la renta, que hasta el día de hoy no ha sido debidamente aplicado. se convierte. Bosch también redujo su salario y el de sus empleados, ya que la víctima tenía que ser asunto de todos.

Fueron rechazados por diversos sectores económicos y sociales con la amenaza de protestas en las redes sociales. Los afectados son, entre otros: Salario No. 13, que tributa por primera vez; Gas licuado (GLP), compras internacionales con tarjetas de crédito, entre otros. Esto obligó al presidente Luis Abinader a reconsiderar y enmendar sus propuestas a través de un discurso en radio y televisión anunciando una adenda al presupuesto y el retiro inmediato de estos impuestos.

Creemos que en medio de una gran crisis económica y una pandemia mundial, crear más impuestos para la clase media es inapropiado, ya que significaría agregar más combustible al juego. Con lo recaudado se buscarán nuevas fuentes de ingresos, agilizando la recaudación de las que ya existen, evitando la evasión fiscal, eliminando excepciones y cañones para los sectores de poder. Aplicar las Leyes 155-17 Contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo y la Ley 46-20 de Transparencia y Revalorización del Patrimonio para aprovechar las grandes fortunas recientemente declaradas y los centros de lavado de activos y narcotráfico que nunca han declarado ni pagado su dinero. Impuestos; Implantación de impresoras fiscales en tiendas de compras masivas que quedaron ineficaces por la presión de las propias asociaciones empresariales.

El Mandatario se refirió a dos pactos importantes que están incluidos en la Estrategia Nacional de Desarrollo para 2030 y deben firmarse lo antes posible: el Pacto Eléctrico y el Pacto Financiero, para lo cual se debe llevar a cabo una reforma tributaria realmente integral, sin parches donde los de reciben más, son los que más pagan.

El autor es auditor

Maestría en Relaciones Internacionales

Ex miembro del Congreso Nacional



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