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La reciente solicitud de la Asociación Dominicana de Realizadores de Cine (Adocine) para participar en audiencias públicas sobre la Ley de Modernización Tributaria subraya la importancia de los incentivos fiscales en la industria cinematográfica dominicana.

Esta industria, que ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años gracias a la Ley 108-10 que promueve las actividades cinematográficas, se encuentra ahora en un momento crítico. La posible derogación de artículos clave de esta ley amenaza con desalentar la inversión y poner en peligro una importante fuente de empleo y desarrollo cultural.

Al alzar su voz ante la Cámara de Diputados, Adocine subraya la relevancia de un sector que no sólo impacta la economía local, sino que también proyecta la identidad cultural del país a nivel internacional.

La industria cinematográfica ha permitido a República Dominicana convertirse en un referente en la región al atraer producciones internacionales y fomentar la creación de contenido local que resuene en audiencias globales. Sin incentivos fiscales se corre el riesgo de que se pierdan proyectos importantes, lo que afectaría tanto a los cineastas como a los miles de empleos indirectos que dependen de esta actividad.

Desde una perspectiva económica, la pérdida de beneficios fiscales no sólo podría reducir el número de producciones locales e internacionales, sino que también impactaría una cadena de valor que incluye empresas de transporte, alojamiento y servicios técnicos, entre otros. La cultura y la economía están estrechamente vinculadas en este sector y la disminución de la producción tendría un impacto en el desarrollo artístico y cultural, así como en el bienestar económico de muchas familias.

Por otro lado, es importante reconocer que el cine no es sólo un motor económico sino también un vehículo de expresión cultural. Las películas realizadas en República Dominicana no sólo reflejan características y talento locales, sino que también tienen el potencial de tener un impacto cultural significativo tanto a nivel nacional como internacional.

Eliminar incentivos podría limitar estas oportunidades y reducir la posibilidad de que las narrativas dominicanas sean contadas y difundidas a través de este poderoso medio.

Por tanto, la participación activa de Adocine en los debates sobre la reforma fiscal es esencial. Como bien señaló su presidente Hans García, cualquier cambio que afecte a la Ley de Cine 108-10 debe ser evaluado en consulta con profesionales del sector que tengan el conocimiento y la experiencia necesarios para comprender el impacto real de estos cambios. La colaboración entre el gobierno y la industria cinematográfica es esencial para encontrar un equilibrio que permita tanto el crecimiento económico como el desarrollo cultural del país.

En conclusión, el cine dominicano ha logrado posicionarse como un pilar importante de la economía y la cultura del país. La posible pérdida de incentivos fiscales amenaza con frenar este desarrollo y afecta tanto a la industria como a todas las industrias relacionadas. Es crucial que se escuchen las voces de los profesionales del cine y se busquen soluciones que nos permitan seguir impulsando la creatividad, el empleo y la proyección cultural de la República Dominicana en el escenario internacional.