El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó la reanudación del aumento de detenciones que ha estado vigente desde mediados de marzo para detener el avance del covid-19 durante una semana en todo el país en medio de una escalada de contagios.
«¡Todos tenemos que prepararnos para siete días de cuarentena realmente radical!», Dijo el líder socialista en una identificación telefónica que fue transmitida por la televisión gubernamental.
Venezuela está recolectando 45.868 casos confirmados y 381 muertes por el nuevo coronavirus, según cifras oficiales, a medida que se aceleran las infecciones en este país de 30 millones de personas.
Sin embargo, el equilibrio oficial está siendo cuestionado por la oposición y organizaciones como Human Rights Watch ya que la situación es mucho peor.
Una restricción es «necesaria», continuó Maduro, para «seguir luchando duro contra el virus» y cortar la cadena de contagio.
La decisión de reanudar el aislamiento por una semana se enmarca en un sistema de restricción denominado «7 + 7» que se encuentra vigente desde junio, que alterna siete días de «cuarentena radical» en los que se deben cerrar todos los negocios excepto aquellos en sectores priorizados como alimentación o salud. , con siete «flexibilizaciones» que permiten reactivar el resto de actividades.
Caracas y la mayor parte del país vienen de una semana de relajación, mientras que las comunidades fronterizas con Brasil y Colombia fueron liberadas y permanecieron en «cuarentena radical» para «proteger» al país de los migrantes venezolanos que regresan, dijo el vicepresidente el domingo pasado. Delcy Rodríguez.
El gobierno socialista asegura que alrededor de 90.000 migrantes han regresado «legalmente», mientras que otros 40.000 han entrado por carreteras ilegales tras estar desempleados debido a la pandemia.
El 9 de agosto, Maduro extendió el «estado de alerta» por quinta vez en 30 días, lo que le permitió extender la cuarentena vigente desde el 16 de marzo.
El virus encontró a Venezuela con hiperinflación y seis años de recesión, una debacle que, según Naciones Unidas, ha provocado el éxodo de alrededor de 5 millones de migrantes desde finales de 2015.
Según un estudio académico, la crisis socioeconómica está dificultando el mantenimiento de la detención en un país donde cuatro de cada cinco familias no ganan suficiente dinero para cubrir sus compras.