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DIARIO EL MATERO.-Madrid, 21 de noviembre (EFE) .- España fue pionera y referente mundial en la lucha contra la violencia de género en el ámbito de las parejas y exparejas, pero aún destaca el reconocimiento del resto de víctimas de la violencia machistas, uno Compromiso que asumió cuando ratificó el Convenio de Estambul en 2014.

Una deuda que se supone se saldará en esta legislatura a través de diversos proyectos normativos, como la Ley de Aseguramiento de la Libertad Sexual, conocida como la Ley «Sólo si lo es», la Ley Contra la Trata de Personas o la Reforma a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, incluida la gestación subrogada, la esterilización forzada o el aborto forzado.

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora el 25 de noviembre, vuelve a cobrar protagonismo la Convención de Estambul, que afirma que la violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos y que eres tú responsables si no reaccionan adecuadamente y luchan contra él.

Y afirma que esta violencia puede manifestarse de diversas formas: violencia física, psicológica y sexual, mutilación genital femenina, matrimonio forzado, acoso, aborto forzado y esterilización forzada.

SOLO SI ES SI

El clamor feminista que llenó las calles de España y llamó «solo si es» -tras la sentencia que asumió que la víctima de La Manada había sufrido abuso sexual y no violación- es coherente con la bio-ley de la plena Garantía de libertad sexual, que reformará la tipificación de los delitos sexuales en el código penal.

Esta futura ley no se limita solo a ese cambio, sino que también articula la prevención, atención, sanción, especialización y reparación de toda violencia sexual, tal como lo hizo la Ley 1/2004 sobre la violencia de género en el ámbito de la violencia de pareja.

El texto legislativo aún se encuentra en fase de redacción y aborda los delitos sexuales, la violencia sexual, la trata de personas con fines de explotación sexual, los matrimonios forzados, la mutilación genital femenina, la pornografía no consentida y el feminicidio sexual.

Además, la violencia sexual se entiende como un problema estructural y público, no privado, en línea con la Ley Integral Contra la Violencia de Género de 2004.

Se considera violencia sexual cualquier acto de carácter sexual no consentido o que provoque el libre desarrollo de la vida sexual en un ámbito público o privado: agresión sexual, acoso, violación, exhibicionismo, acecho o acoso en la calle, provocación sexual, prostitución ajena, sexual Explotación y corrupción de menores.

De acuerdo con los requisitos del Convenio de Estambul, el consentimiento de la víctima determinará si se ha cometido un ataque y cualquier penetración sin consentimiento será violación, poniendo fin a la distinción entre abuso y ataque.

En su enmienda al Código Penal, el proyecto contiene agresiones grupales intensificadas, tratos degradantes, daños graves y violencia extrema, que la víctima está particularmente en riesgo, que la víctima y el atacante son socios o ex socios, el uso de armas o suministros químicos.

Esta ley también modificará el Código Penal para combatir la industria de la explotación sexual: los proxenetas no corregidos y terceros locales serán sancionados, lo que significa que se beneficiarán del alquiler de locales donde las mujeres son explotadas sexualmente.

Por otro lado, la acreditación de una víctima de violencia sexual no depende de la denuncia con la que la mujer pueda acceder a las ayudas, por ejemplo con el apoyo de un médico o un servicio social.

También se promueve la especialización de los tribunales, se introduce la educación sexual y afectiva en todas las fases educativas y se habilitan centros de crisis para la atención de las víctimas, así como «hogares infantiles» en los que se atenderá a las víctimas menores de edad.

Además de la legislación de «solo sí es sí», el Ministerio de Igualdad de Género considerará la subrogación como una forma de violencia contra la mujer e incorporará esta «explotación reproductiva» en la reforma de la Ley de Derechos de Salud Sexual y Reproductiva y la interrupción voluntaria del embarazo.

Esta reforma también debe incluir abortos forzados, violencia ginecológica y obstétrica y esterilización forzada. EFE



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