Madrid.- El plan de acción de prevención del suicidio que el Ministerio de Sanidad quiere poner en marcha en 2025 Impulsará un registro de datos para “comprender mejor” el fenómeno, introducirá un código de riesgo para su abordaje sanitario y promoverá la realización de autopsias psicológicas.

«Cada una de las 11 muertes diarias en España supone una tragedia que nos obliga como sociedad a reflexionar sobre el nivel de sufrimiento y desesperanza que cada vez es mayor», ha subrayado en la rueda de prensa de presentación del plan antisuicidio. la Ministra de Salud Mónica García.

El documento, actualmente en desarrollo y compuesto por seis objetivos y 40 medidas, tendrá como «elemento central» un grupo impulsor formado por investigadores, supervivientes, medios de comunicación, servicios de emergencia, policía, bomberos, expertos en sociología, infancia, atención primaria y psiquiatría. Sanidad aglutinará la salud para darle un “enfoque integral y transversal”, destacó la comisaria de Salud Mental, Belén González, en su presentación.

El próximo 18 de septiembre el texto emitido por el Ministerio y este grupo será presentado ante el Comité Institucional de la Estrategia de Salud Mental, en el que están representados los municipios. Allí se acordará el documento final y se presentará al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Sanidad confía, por tanto, en que el plan antisuicidio “esté disponible en 2025 y será financiado por el Ministerio de Sanidad”, afirmó Belén González, que no pudo precisar el importe.

Plan Antisuicidio: Adultos y menores tienen prioridad

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El primer objetivo es mejorar los sistemas de información sobre conductas suicidas a través de un observatorio específico y la promoción de un registro para mejorar la vigilancia epidemiológica.

Se creará un grupo de trabajo sobre datos de suicidio en el que participarán el INE, Sanidad y Justicia, el Instituto de Investigación Carlos III y otras entidades, que «trabajará en la recogida y análisis de datos fundamentales para comprender mejor la situación».

El plan se centra en las situaciones de vulnerabilidad e identifica a los menores y a las personas mayores como poblaciones «a las que hay que dar prioridad» ya que las tasas más altas se registran a partir de los 80 años, con un aumento de hasta el 93,4% en las personas mayores de 95 años.

“Estamos particularmente preocupados por las zonas rurales y remotas. Por ello, esta área aborda iniciativas para aliviar situaciones como la soledad no deseada y promueve la creación de infraestructuras comunitarias y sociales que aseguren la conexión social esencial”, enfatizó.

También se incluyen medidas de prevención específicas para personas LGTBIQ+, ya que la tasa para personas transgénero es hasta 3,5 veces mayor.

El fenómeno también está “impregnado de desigualdad social”: de los 4.215 suicidios en 2022, un tercio completó el primer nivel de secundaria.

La ministra de Sanidad Mónica García junto a la comisaria de Salud Mental, Belén González (d), durante la presentación del plan de prevención del suicidio/EFE/Javier Lizón

Plan antisuicida: La conducta suicida como parte de la prevención de riesgos laborales

El cuarto objetivo es incorporar la prevención a todas las políticas públicas, establecer mecanismos de coordinación con los servicios y recursos sociales, o promover la integración de la atención de la conducta suicida en la atención psiquiátrica penitenciaria.

El objetivo es también considerar la conducta suicida como parte integral de la prevención de riesgos laborales y promover la realización de autopsias psicológicas en casos o sospechas de suicidio.

En cuanto al enfoque sanitario, el plan promoverá el intercambio de experiencias y mejores prácticas, mejorará la dotación de recursos en urgencias hospitalarias e introducirá un código de riesgo de suicidio que asegure un proceso integrado de detección y respuesta.

Además, incluirá programas de asistencia de emergencia y continuidad de la atención a personas con conducta suicida, así como alternativas de apoyo temporal a la hospitalización en unidades psiquiátricas, promoverá medidas de apoyo a los supervivientes y establecerá protocolos de rescate.

Finalmente, el sexto objetivo del plan antisuicidio presentado por el Ministerio de Sanidad es lograr un abordaje integral fomentando la participación de los supervivientes en el diseño, intervención y evaluación de todas las políticas sanitarias o mejorando la coordinación del 024 con otros números de teléfono. en las comunidades.

El 024 ha recibido más de 300.000 llamadas desde 2022

Desde su puesta en marcha en mayo de 2022, el servicio de conductas suicidas 024 ha atendido un total de 306.614 llamadas, la mayoría de mujeres y personas de 50 a 59 años, y ha derivado más de 16.000 (5,2%) 112 de alto riesgo.

Al mismo tiempo, el chat online lanzado en junio de 2023 ha gestionado un total de 10.665 mensajes, una media de 1.800 mensuales, de los cuales el 40% fueron catalogados como de riesgo medio, explicó a la prensa la comisionada de Salud Mental, Belén González. conferencia.

En cuanto al chat, el número de hombres y mujeres que lo utilizan es similar, pero el grupo de edad que más lo utiliza es el de 20 a 29 años.

El servicio telefónico ha atendido hasta ahora 306.614 llamadas, de las cuales 97.449 en 2024; En los últimos meses, la cifra mensual se ha mantenido estable en alrededor de 12.000 visitantes, con un máximo de 13.193 en julio, según cifras del ministerio.

De ellos, el 73% de los usuarios indicó su género; De ellos, el 39,8% eran mujeres y el 33,5% hombres. Por grupos de edad, uno de cada cuatro (25,1%) tenía entre 50 y 59 años.

Se devuelven llamadas a toxicología

Según datos preliminares del INE, el año pasado se quitaron la vida 3.952 personas, un 6,5% menos que el año anterior; Esto significó que los suicidios disminuyeron por primera vez en cinco años y volvieron a ser la segunda causa externa de muerte, después de haber reemplazado a las caídas accidentales un año antes.

Las cifras preliminares del Servicio de Información Toxicológica (SIT) también muestran un descenso de las consultas de casi 7.000 el año anterior a 5.326.

«Tenemos que estudiar detalladamente si unas cifras tienen relación con otras, pero sin duda esto es una buena noticia», afirmó en esta presentación el secretario de Estado de Justicia, Manuel Olmedo.

La mayoría son intoxicaciones por drogas, representando el 85,2%; De ellos, el 82,6% se debió al uso de psicofármacos.

Estas drogas también estuvieron presentes en la sangre de más de la mitad de las personas que se quitaron la vida en 2023, y aunque esto no necesariamente significa que murieron a causa de ellas, dado el “fácil” acceso a benzodiazepinas, ansiolíticos y otros psicofármacos. Drogas Sí sería necesario realizar “estudios más completos y profundos” sobre el tema, recurrió el juez número dos.

La ministra de Sanidad Mónica García y el secretario de Estado de Justicia Manuel Olmedo en la presentación del plan de prevención del suicidio/EFE/Javier Lizón

Sólo el 23% fue atendido por un especialista

Otra cifra preocupante es la incidencia de intoxicaciones entre niños y adolescentes: el año pasado fue de 735, un 35% menos que en 2022, pero sigue siendo una cifra “relevante”.

el 40% eran niños; en cuanto a los suicidios consumados, el perfil se invierte: por cada mujer, 3 hombres se suicidan, especialmente entre los 40 y los 70 años.

De las personas que se suicidaron el año pasado, sólo el 23% había sido atendido por un psicólogo, y de los que intentaron suicidarse, sólo el 19% recibió algún tipo de atención.

“Hay que evaluar todos estos datos para desarrollar medidas más efectivas en la prevención, pero también en la posvención, es decir, en la intervención que se realiza con las personas que quedan tras el suicidio”, enfatizó Olmedo. Una situación muy compleja marcada por sentimientos de culpa, estigma y el tabú de hablar de suicidio. Lo que no hablamos no existe”.