WASHINGTON, EE.UU.- Las especulaciones sobre la nominación presidencial demócrata de 2024 se perfilan, a casi tres años de las elecciones, en una señal de nerviosismo en los círculos políticos, comentan hoy medios en Estados Unidos.

REUTERS/Gary Hershorn

Según el periódico The Hill, algunas de las propuestas son descartadas como ridículas.

Solo la semana pasada, el columnista de The New York Times, Thomas Friedman, planteó la posibilidad de que la republicana anti-Donald Trump, Liz Cheney (Wyoming), podría ser la compañera de fórmula del presidente Joe Biden en ese momento.

Por su parte, Douglas Schoen y Andrew Stein han planteado la posibilidad de una tercera candidatura presidencial de Hillary Clinton en un comunicado en el Wall Street Journal.

A medida que la probabilidad de que la senadora Kyrsten Sinema (D-Arizona) lidere su propia carrera inundó las redes sociales el viernes.

Todas estas ideas fueron ridiculizadas por muchos sectores, señaló The Hill.

Pero este tema se discutirá más seriamente en los círculos demócratas, especialmente si Biden no busca un segundo mandato.

Con eso en mente, abundan las preguntas sobre si la vicepresidenta Kamala Harris sería la candidata ideal, o si una figura más izquierdista como la senadora Elizabeth Warren (demócrata de Massachusetts) sería una mejor abanderada.

Las preguntas también sugieren si otros contendientes más afines a las políticas centristas de Biden, como el secretario de Transporte Pete Buttigieg o la senadora Amy Klobuchar (demócrata de Minnesota) serán viables.

La sugerencia de larga data de muchos demócratas de que Michelle Obama podría decidir participar en la carrera para regresar a la Casa Blanca también resurgió, esta vez como la primera mujer afroamericana en ocupar el sillón de la Oficina Oval.

Harris, en una entrevista reciente con el programa Today de NBC, descartó «hablar» sobre la candidatura de 2024.

Sin embargo, estos comentarios ganarán peso si los problemas de Biden no disminuyen.

A partir de este momento, al actual titular de la Villa Ejecutiva le va cada vez peor, según encuestas recientes que le otorgan apenas un 33 por ciento de aprobación.

Las razones del declive, del 55 por ciento cuando asumió el cargo, incluyen la inflación, que está en su nivel más alto en 40 años; la pandemia resurge y los intentos de aprobar los derechos de voto y aprobar proyectos de ley de «Reconstruir mejor» fracasan en un Congreso dividido.

Luego está el murmullo constante sobre el espinoso tema de la edad y la fuerza de Biden, quien, si se presentara a la reelección y ganara, tendría 82 años en el momento de su segunda toma de posesión, rompiendo su propio récord como el presidente de mayor edad en la historia de los Estados Unidos. .

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