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Por: Sergio Reyes II.

Aceleraré mi ritmo y entraré en el exuberante bosque a lo largo del camino que la Madre Naturaleza manifiesta en su sorprendente expresión. Una por una, tomaré las muestras del enorme tesoro que los jardines, paisajes y parques nos han puesto a disposición esta mañana con el mayor secreto.

Con el cuidado que requieren sus pétalos verdes y su corola aterciopelada, recurriré a ramos, grupos y brotes, con especial cuidado para recoger los tallos de las cerdas para evitar las dolorosas picaduras de espina.

Con una ambición codiciosa, seleccionaré los especímenes más sobresalientes de cada roseta para ampliar la variedad de esta colorida muestra sin distinguir entre grande y llamativo o pequeño y discreto, porque en la naturaleza todas las flores del mundo son hermosas.

Daré mis pasos hacia los jardines de los barrios ricos y, como un amante loco, robaré los especímenes con los que se supone que debo halagar a mi amada y con ella todas las bellezas que habitan en el Olimpo.

En busca de especímenes exóticos típicos de climas tropicales y tierras construidas celosamente, dirigiré los servicios de Andrés Peralta en Carrizal, el defensor de la naturaleza más experimentado que conozco.

Y de sus manos obtendré uno por uno hasta que supere la capacidad de la bolsa que llevo, la mejor muestra que alguien haya conocido, no solo de sus propias flores tropicales, alrededor de las aceras, los jardines y el interior de los nuestros. Para decorar casas, pero también las de árboles frutales y cultivos, que conservan características muy hermosas que generalmente no notamos.

Antes de terminar este recorrido extendido, tengo que parar contento en el sitio de la amada frontera para recoger las muestras de jazmín, lirios, pimienta de cayena y flores infinitamente pequeñas que Vitalina ha plantado en todas partes a lo largo de los años de su vida y vida. La vida, con su presencia infinita, nos recuerda el espíritu inmejorable de la abuela, que late en cada rincón como ‘Animitas’ en las calurosas noches de verano.

Reuniré un ejército de hijos, nietos, sobrinos, ahijados, esposos, camaradas, nueras, suegros, amigos y conocidos en general, y junto con ellos y debidamente provistos de esta valiosa carga, debemos caminar por las calles y caminos de la ciudad. Hogar que cubre el camino en el que cada mujer de ascendencia dominicana está cubierta de pétalos en acción del merecido homenaje en este simbólico Día de la Madre, que según el calendario se celebra el domingo 31 de mayo.

Para apreciar su afecto, ternura y abnegación, debemos hacer un alto significativo en el camino para adorar a todas esas pequeñas madres que ya no están a nuestro lado, también porque el tiempo lo ha dicho debido a la devastación de la vida diaria o El resultado de la muerte de una epidemia como la que nos persigue y azota hoy.

Y todos juntos, aquellos que tienen el privilegio de tenerlos a su lado y aquellos que no lo hacen, rezaremos sinceramente al Altísimo, agradeciéndoles por hacernos los más hermosos, amorosos, abnegados y sacrificados. valiente madre que ha vivido: ¡mía, tuya, nuestra!

Que Dios derrame bendiciones ese día y siempre para nuestras queridas ancianas donde sea que estén.

¡Feliz día a todas las dominicanas y madres del mundo!

NUEVA YORK; Mayo 2020.

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