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Publicado por Redaccion Diario55 | opinión | Viernes 2 de octubre de 2020

Con su brusquedad y sinceridad característica, el expresidente de la República, Hipólito Mejía, dijo que no hay nadie en el país que sea apolítico, refiriéndose a la elección de los nuevos integrantes de la Junta Central Electoral (JCE).

Y añadió, para colmo, que «el pueblo bipartidista puede tenerlo en un momento cíclico».

Por supuesto que todos somos políticos y hacemos política, ya sea en el barrio, en la población, con ONG, sindicatos, sindicatos, movimientos etc.

Es que todos hablamos, debatimos y pensamos con más o menos frecuencia de una forma u otra sobre los problemas de la sociedad. Todos tenemos diálogos, debates, pensamos y finalmente queremos aceptarnos como independientes con una especie de purismo ante los demás.

Antonio Gramsci señaló y escribió que odia la indiferencia de tomar partido o tomar posiciones en la vida, agrega el pensador sardo: “La indiferencia y la apatía son parasitismo, son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes »

Desde hace un tiempo una especie de fantasma acecha al país, el espíritu de los independientes o de quienes se llaman independientes, pero hoy en día hay preparativos para elegir quién presidirá la Junta Central Electoral.

Intentan equiparar lo independiente con la expresión de lo apolítico; es decir, alguien que por alguna razón no quiere que esté afiliado o relacionado con el partido.

Hipólito está dejando las cosas claras con su declaración porque es un error que algunas personas cometen, intencionadamente o no, intentar confundir la categoría independiente con la apolítica, y peor aún, la no partidista.

El expresidente fue más allá y dijo que en el caso del candidato a la presidencia de la Junta Central Electoral, Eddy Olivares, tuvo bastante apoyo por el comportamiento ejemplar que ha tenido toda su vida.

Repetir ad nauseam que la independencia es apolítica o imparcial refleja no solo ignorancia, ignorancia, sino más bien una profunda falta de fe.

Debe quedar claro que no hay independientes porque, como los militantes o miembros de una organización, representan y defienden intereses y cuotas de poder …



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