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Publicado por Redaccion Diario55 | opinión | Sábado 12 de septiembre de 2020

La política anticorrupción en América Latina tuvo diferentes matices, perspectivas, orientaciones y resultados.

Se puede confirmar e incluso documentar que América Latina ha experimentado medidas anticorrupción. Incluso hay casos en los que se dispuso de suficiente información para analizar la continuidad y desarrollo histórico de estas medidas desde una perspectiva regional.

La República Dominicana enfrenta desafíos y riesgos relacionados con el fenómeno de la corrupción. Al parecer, el presidente Luis Abinader está dispuesto a aceptar esto.

Las formas / enfoques / estrategias para combatir la corrupción deben estar vinculados a las características institucionales, políticas y sociales de cada país.

Hay ejemplos como Argentina, Colombia, Chile, El Salvador y México que ilustran la diversidad de medidas anticorrupción.

Cada uno se encuentra en diferentes etapas en el desarrollo de su (s) política (s) anticorrupción y han respondido en gran medida con una redacción diferente a los marcos regulatorios regionales (ICCC) y globales (UNCAC).

México (1976) es el país con mayor trayectoria de políticas anticorrupción, seguido de Chile, cuyo desarrollo se inició en 1994.

Colombia, que lanzó su programa presidencial anticorrupción a fines de la década de 1990, El Salvador, es la experiencia más reciente de 2009.

Cada uno de ellos ha establecido tres áreas de trabajo en la lucha contra la corrupción: 1. Transparencia y participación; 2. Fortalecimiento del control interno en los órganos ejecutivos; y 3. Internalización de acuerdos internacionales.

Además, se definen dos áreas políticas principales: 1) estrecha cooperación y coordinación con otras agencias gubernamentales en su tema y 2) apertura y fomento de la participación de la sociedad civil.

En cada uno de estos países, la formulación de políticas anticorrupción reaccionó por varias razones: escándalos políticos; Cambio de gobierno; reformas políticas y / o procesos de gobernabilidad democrática; Exigencias del sector empresarial y / o económico para atraer inversión extranjera y / o participar en acuerdos de libre comercio regionales y / o globales; la adopción de convenciones y / u otros instrumentos internacionales anticorrupción; Presión y / o condicionamiento por parte de organizaciones internacionales (donantes, instituciones financieras internacionales), ONG internacionales y nacionales, medios de comunicación y centros de investigación; la lucha contra el narcotráfico; y el liderazgo y / o promoción de líderes políticos y sociedad civil.

Cabe preguntarse si las políticas anticorrupción que Luis Abinader busca implementar son parte integral del “buen gobierno” y / o estrategias de reforma política. o son acciones aisladas que no forman parte de una estrategia de reforma política.

El tiempo nos dará la respuesta.

En RD, ¿está pensando en el predominio de la prevención? Existe una estrategia gubernamental de comunicación estratégica que permite informar, educar y tomar en cuenta las medidas, los resultados esperados y los desafíos en la lucha contra la corrupción.

Es necesario entender que la falta de este elemento estratégico u “opacidad” tiende a crear una brecha de información que no solo afecta la percepción pública, sino que también alimenta la sospecha del gobierno y Luis Abinader.

¿Existe una agenda, una estrategia anticorrupción?

¿Son las pautas anticorrupción que la RD intenta implementar solo preventivas y / o punibles?

Recordemos que el llamado a luchar contra la corrupción en la República Dominicana fue provocado por una respuesta de los ciudadanos, la sociedad civil y la prensa a los escándalos de corrupción.

El gobierno debe saber que el diseño y desarrollo de políticas anticorrupción no es un proceso lineal. No depende estrictamente de estándares nacionales, internacionales y regionales. Se trata de un proceso multidimensional, interactivo, dinámico, político, técnico e institucional en el que participan varios actores.

¿Se han elaborado algunos documentos o declaraciones (estrategias anticorrupción), agendas de transparencia en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial así como enfoques anticorrupción en el marco de agendas más amplias de gobernanza y / o reforma de la administración pública, que forman parte de una política anticorrupción?

Las medidas anticorrupción no deben estar sujetas a compromisos de interés, una falta de planificación y coordinación estratégica, una falta de precauciones institucionales efectivas, una baja asignación de recursos y personal y unos pocos instrumentos no solo de sanción sino también de prevención y / o prevención, o de gestión del riesgo de corrupción.

De lo contrario, esto no solo limita los efectos de la política anticorrupción, sino también el espacio político e institucional para hacer cumplir las reglas. Toda medida anticorrupción está influenciada en términos de profundidad, institucionalización, articulación y sostenibilidad.

La esperanza, como en el mito de Pandora pasado, es lo que nos queda …



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