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Todo parece indicar que todo país, región, ciudad y comunidad está llamado, como una madre benévola, a traer al mundo uno o más maestros, marcados por la luminosidad de sus carreras o por la inevitable superación de sus preciados logros.

Y así vemos, por citar sólo algunos casos en el país y en el exterior, cómo la hermana república de Venezuela produce al gran educador y escritor Andrés Bello; Puerto Rico, al maestro y antillano Eugenio María de Hostos; argentina tambien Domingo Faustino Sarmiento; chile tambien gabriela mistral; República Dominicana, a nuestra inmensa Pedro Henríquez Ureña; Santiago de los Caballeros, Ercilia Pepín y Sra. Herminia Pérez Vda. pimiento morrón (Doña Mamana); El Seibo también Pilar Constanza; San Francisco de Macorís, a la Sra. mancha de antera; guayubin tambien Aurora Tavárez Belliard; la capital tambien Salomé Ureña, Abigail Mejía and Zoraida Vda. surco, entre otros. Y Moca, o como parte de ella, la dinámica y laboriosa comunidad de Ceiba de Madera, produce ese educador consagrado y gloria del magisterio nacional llamado en vida Luis Napoleón Núñez Molina.

Este insigne maestro nació el 10 de enero de 1910 en Ceiba de Madera, Moca, provincia de Espaillat, en un hogar humilde y murió el 29 de diciembre de 1970 a los sesenta años de edad en la ciudad de Santo Domingo, hogar donde reinaba la pobreza y los recursos económicos eran escasos; pero en el que abundara el buen ejemplo, el culto a la fe, el amor al trabajo, la honradez y el respeto a los más auténticos y sanos valores.

Sus padres fueron el señor Luis Napoleón Núñez Morel (Ponono) y la señora Apolonia Molina, quienes fallecieron cuando el pequeño Luis apenas tenía siete años. Recibió sus primeras cartas de la señora Rosita Velásquez, hermana del ex Vicepresidente de la República, Dr. Federico Velásquez y Hernández.

Rosita fue una educadora empírica pero entusiasta que aprovechó que no existían escuelas públicas en la comunidad y sectores aledaños y permitió que su localidad brindara clases particulares a cuantos niños quisieran, para que recibieran el santo pan de educación. Y ella fue quizás la primera en descubrir el gran interés por los estudios y la fuerte inteligencia de su pupilo, y posiblemente la primera persona en guiar al padre en el espíritu de alentar la continuación de los estudios de su hijo en la ciudad de Santiago de Chile Caballero. Este deseo no se vio con mayores problemas gracias a que un amigo de la familia Núñez Molina, el señor Perucho Cruz, vecino de la citada ciudad, y quien se mostró encantado con la gran entrega de su hijo al trabajo escolar, su amigo Polonio pidió su casa disponible para que el inquieto y dotado estudiante pudiera vivir allí y continuar sus estudios.

Su exitosa labor docente y su valiosa producción bibliográfica cobran importancia cuando se considera que Núñez Molina no completó estudios universitarios, es decir, apenas obtuvo el título de bachiller; pero como buen autodidacta y gracias a su gran afición por la lectura y la investigación científica, logró forjar una cultura casi enciclopédica que supo muy bien poner en práctica y plasmar en cada uno de sus libros de texto. Probablemente podamos decir de él lo mismo que dijo el fallecido y eminente historiador santiaguero don Román Franco Fondeur al referirse a la eminente educadora Ercilia Pepín:

«Superar los obstáculos ambientales y su insaciable sed de cultura la convirtieron en una autodidacta».

Y este interés por escribir para enseñar no es otra cosa que el fruto de su gran amor por la patria y su noble compromiso de contribuir a la formación nacional y de compartir su vasto conocimiento con todos los hermanos de la República Dominicana.

misiones internacionales

La seriedad, responsabilidad, honestidad y alto nivel de competencia demostrado en el desempeño de sus funciones hizo que en más de una ocasión el profesor Núñez Molina fuera solicitado no solo para desempeñar delicadas tareas en territorio dominicano, sino también para representar al país en misiones en el extranjero: En 1952 asistió al Seminario Interamericano de Educación Vocacional realizado en la Universidad de Maryland, Washington, DC; En 1955 representó al país en el Congreso de Educación Católica organizado en Santiago de Chile y en 1964 representó nuevamente a la República Dominicana en la Conferencia de Ciencia, Educación y Tecnología también realizada en Washington. También fue miembro de la Comisión Nacional de Geografía.

premios recibidos

Por sus logros y labor pedagógica, el profesor Núñez Molina recibió la Medalla de Honor a la Educación en 1954, entre otros reconocimientos. En 1964 se organizó en Moca un multitudinario acto de homenaje, donde fue declarado “MAESTRO EXCELENTE”. A esta actividad asistieron delegaciones de toda la región del Cibao.

En 1966, algo agotado y luego de treinta y dos años de trabajo ininterrumpido, solicitó su retiro, y en virtud de ello el Poder Ejecutivo dictó el Decreto N° 1336, del 7 de junio del mismo año, disponiendo el retiro del Servicio Educativo para el distinguido y ordenado Educador Mocano. Cuatro años después, el 29 de diciembre de 1970, un tumultuoso y doloroso cáncer de colon acabó con su fértil existencia y lo alejó para siempre del mundo de los vivos. Sus restos fueron transportados a Santiago y enterrados en el Cementerio de Tamboril, donde permanecen hoy.

Cabe señalar que numerosos centros educativos y culturales hoy llevan su nombre en reconocimiento a sus aportes educativos a la región del Cibao y al país.

libros publicados

Miembro destacado de la Comisión Nacional de Geografía, publicó varios libros de texto de historia y geografía dominicana para estudiantes de primaria. Entre estos:

  • Ciencias Sociales
  • geografía natal
  • historia de la patria

Y para la escuela secundaria o preparatoria, también escribió un texto de geografía titulado el territorio dominicano.

Núñez Molina: Hombre

Su devoción, honestidad, sencillez e integridad personal no resisten la más mínima duda. Esto se refleja en sus acciones, y esto se refleja en los juicios de valor que hacen de él amigos y parientes con afecto no disimulado. Sus hechos hablan por sí solos:

Como ya se mencionó, representó al país en el Congreso de Educación Católica de 1955 en Santiago de Chile. A su regreso, devolvía a la tesorería la parte del dinero que sobraba de la dieta prevista para el viaje.

Tanto la Dra. Tanto Joaquín Balaguer como el presidente provisional Héctor García Godoy le ofrecieron el cargo de secretario de Estado de Educación, y en ambos casos rechazó la tentadora oferta alegando que el cargo era de carácter político y que si lo aceptaba tendría que aceptar actuaría en consecuencia, por voluntad de otros o obligado por intereses de partido. «Desde una posición menos prominente –argumentó– Puedo servir mejor y más cómodamente a mi pueblo con mi conciencia.”

Consecuente con esta conducta irrepetible en un ambiente cada vez más corrupto y voraz, también rechazó la casa que en su día le donó Trujillo y cuando se desempeñaba como director de la Escuela Normal que ahora lleva su nombre, en el Licey al Medio, con la que logró con pulcritud casi episcopal el presupuesto para el desarrollo técnico y administrativo de este prestigioso y primer centro de formación docente fundado en República Dominicana.

Sobre las vestiduras humanas que limitaron la existencia de su hermano Luis, Don José Núñez confiesa lo siguiente:

“Era un ser excelente y un hermano ejemplar. No solo fue un buen hermano, sino también un buen hijo, un buen esposo, un buen padre y un buen amigo. No creo que haya otro hermano como él y siempre le estaré agradecido por la ayuda y el ejemplo que nos dio a todos.

De igual forma, una de sus hijas, doña Viola Núñez, piensa de su padre de la siguiente manera:

“Papá fue lo mejor para mí: como padre, como esposo, como hijo y como hermano. Era un excelente padre y tan honesto que a veces no parecía humano. Siempre fue extremadamente firme y recto con sus hijos; pero muy tierna y generosa. Después de Dios, mi padre. Siempre tuvo una estrecha relación con Dios y se convirtió en el

consejero espiritual de toda la familia. Su muerte fue dura e indescriptible para nosotros, pero estamos moldeados por el legado de su gran modelo a seguir».

Y con las mismas palabras, el profesor Emilio Rodríguez (Niño), quien fuera amigo personal y subalterno de Núñez Molina cuando éste se desempeñaba como inspector de educación en Moca:

Luis Napoleón – dice Don Niño Era un profesor brillante y un jefe y funcionario excepcional, muy honesto, muy capaz y muy sencillo. Un técnico al que todos los secretarios de paso debían consultar si trabajaba en el Ministerio de Educación. En resumen, era una criatura extremadamente honesta, humilde, sencilla y completamente ajena a todo lo que fuera vanidad o presunción”.

¡Mira esta gloria del folklore! ¡Honra donde se debe el crédito!

Considero que la comunidad de Ceiba de Madera, el Ministerio de Educación y el Ejecutivo han hecho un noble acto de justicia al perpetuar la memoria del insigne maestro Luis Napoleón Núñez Molina y nombrar con su nombre el centro educativo que él mismo ayudó a tener fundarse en el pequeño país donde nació hace noventa y cuatro años y en cuya aula tuve el privilegio muchos años después de tomar la iniciativa y comenzar mi carrera docente.

Muchísimas gracias.

Madera de ceiba, moka

26/01/2004

(*) – (Texto del perfil leído por el autor el 26 de enero de 2004 en el acto solemne realizado en el patio de recreo de la Escuela Primaria y Secundaria “Ceiba de Madera”, Moca, para publicar el Decreto Presidencial No. 1024 – 03, que indica el mencionado centro educativo de nombre Luis Napoleón Núñez Molina)

El autor es profesor universitario de lengua y literatura.

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